Una certeza, un deseo y una amenaza; el vino que nos une
A un lado políticos, al otro el sector, en medio, con más preguntas que respuestas, los medios de comunicación como meros espectadores de los que unos y otros decían. Esa era la escenografía de la cumbre que esta tarde se celebraba en la coqueta bodega institucional de La Grajera en Logroño.
La idea era mostrar una visión unánime de los riojanos frente a una polémica que no es nueva pero que se acrecentó la semana pasada cuando el PNV lanzó el envite de presentar una iniciativa en el congreso de los diputados para que Rioja Alavesa pudiese hacer realidad una pretensión que parece más relacionada con los políticos y con unos pocos bodegueros alaveses que con el sector en general y con la mayoría de los bodegueros de Álava: la de tener la posibilidad de crear un Consejo Regulador propio.
De la cumbre, a la que acudieron una treintena de personas, se extraen tres ideas fundamentales: una certeza, un deseo y una amenaza.
La primera (la certeza) es que todos (políticos, bodegueros, agricultores…) apuestan por la unicidad de la denominación. “Juntos somos más fuertes”, dijo alguno de los presentes, y juntos quiere decir riojanos, navarros y vascos. No sobra nadie, nadie debe irse, sin más distinciones que las que marca la orografía que es la que dice donde pueden criarse los vinos que dan nombre a una denominación de más de cien años de historia. No se puede diferenciar lo que es igual en muchos casos y además Rioja ya permite hacer esa diferenciación: por subzonas, por municipios, incluso por viñedos… pero con las normas que ellos mismos se han dado.
La segunda (el deseo) es que las injerencias políticas desaparezcan. Que el sector sea independiente para tomar sus propias decisiones. Si Rioja hoy es lo que es, es por ellos. Se lo han ganado. Y es que la política lo ha embadurnado todo en esta polémica. Las primeras declaraciones, las respuestas de unos y otros… Quizás ahí está una de las labores más complicadas porque no es fácil no responder políticamente a lo que fue un ataque político por parte del PNV. ¿Hablar? ¿Callar? Esa es la cuestión. El apoyo político y unánime al sector debe ser fundamental pero hay que pedir a los políticos que sus manifestaciones no sean utilizadas políticamente y que piensen, de vez en cuando, y si no es mucho pedir, en lo mejor para el sector.
Por último (la amenaza). Y es que el dentro del sector se está convencido que la herida vuelve a cerrarse en falso y que el PNV volverá a las andadas con la pretensión de desmembrar la denominación. Quizás cuando tenga mejores cartas que esta vez. Quizás con otros protagonistas. “Volverá a pasar y quizás no estemos nosotros y estén otros, pero volverá a pasar como ya ha pasado antes”, comentaba uno de los participantes. Y si todos tienen claro que volverá a pasar ¿no hay forma de prepararse antes de que ésto suceda? ¿Hay alguna forma jurídica de hacerlo? ¿Cómo conseguir que esos pocos bodegueros alaveses que no están a gusto se sientan atraídos por pertenecer a la DOCa? ¿Cuáles son sus necesidades?
Que la herida no cierre en falso, nos jugamos demasiado todos los riojanos, los que tienen viña y los que no.