Increíble. Las pasarela de le Verdura volvió a superarse. Esta vez el que haya salido a la luz es más increíble que nunca. Todo un éxito. De público, que llenó la gran carpa de las verduras. De excelencia, de moda y de verduras, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
Cristina García Sigüenza se superó y demostró que ella en solitario es capaz de proponerse y llevar a efecto todo lo que se proponga. Un orgullo tener en la ciudad una persona como ella: comprometida, con un gusto por el patronaje delicioso y con una capacidad para crear y para trabajar digna de cualquier diseñador que esté en lo más alto en el mundo de la moda. In creíble que la gente de la brigada trabajase, siempre con una sonrisa, hoy en un día tan complicado para ellos convirtiendo una carpa en una autentica pasarela. Increíble el trabajo de todos. Un diez sin ninguna duda, sin ningún pero.
A las ocho de la tarde comenzaba un desfile que volvió a dejar asombrados a todos. Trece vestidos de alta costura confeccionados a base de verduras. Alubias, guisantes, cebolla, tomates cherry, remolacha, laurel, pimiento, maíz, ajos, cilantro, lombardas han dado vida a trece creaciones magistrales que han lucido en la pasarela modelos que han sabido dar vida a los vestidos en honor al diseñador Oscar de la Renta. Vestidos de alta costura con acampanados insospechados y muchas horas de trabajo detrás.
La pasarela comenzó con los tocados de Leticia León. Verduras hechas moda en dos panelas enormes y preciosas, dos tocados, una diadema floral y un pañuelo hecho de remolacha, alubias negras y guisantes verdes que apetecía ponérselo en cualquier situación. Una pasarela presentada por Sandra Golpe desde el estudio de los informativos de Antena 3 y apadrinada por Carlos García-Calvo.
Un auténtico éxito de principio a final con el que Cristina García Sigüenza pone el punto y final a su paso por la pasarela de las Verduras. “Nunca se puede decir que es el último pero la realidad es que lo bonito de esto es trabajarlo en equipo y no en soledad”, decía la diseñadora al finalizar el desfile recordando las horas metidas y los nervios por no saber si llegaba al día estipulado. Llegó, como lo hacen los grandes artistas, y la gente se fue con un gran sabor de boca, como el que siempre dejan nuestras verduras.